Especialista en Cuidado Intensivo.
Especialista en Cuidado Intensivo.
Diversos estudios y publicaciones hacen referencia a
los trastornos del sueño que padecen los pacientes
ingresados en las Unidades de Cuidados Intensivos. Existen
factores ambientales como la iluminación, las alarmas
de los distintos equipos, las actividades realizadas por
el personal asistencial, así como también los factores
relacionados con la pérdida del control sobre la propia
persona, la desvinculación familiar, el miedo y la ansiedad.
Esta investigación pretende caracterizar el ruido que se genera en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) como factor ambiental estresante en la alteración del sueño del paciente crítico. La hipótesis planteada surge como consecuencia de una exhaustiva revisión bibliográfica referente a las alteraciones del sueño en estas unidades y que afectan directamente al descanso de los pacientes.
Se realizó una medición del nivel de decibelios detectado durante el turno de la noche, en la que se incluyeron las mediciones de todas las unidades ocupadas. Se utilizó un sonómetro que capturó el nivel de decibelios (dB) según las recomendaciones para mediciones en espacio cerrado, y planilla de registro de eventos generadores de ruidos estructurales y operacionales, medidos en tres intervalos.
Los resultados se contrastaron con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para evitar alteraciones del sueño y permitieron elaborar estrategias para generar un ambiente favorecedor del sueño del paciente crítico.
Durante el periodo de recuperación es importante dormir y descansar, el ruido excesivo ha sido considerado responsable de unas tasas de recuperación y cicatrización más lentas y del incremento del dolor y el estrés.
La OMS recomienda niveles de ruido inferiores a 30 dB por la noche para evitar alteraciones del sueño. El nivel de ruido en las UCIs oscila entre 50 y 75 dB, con niveles de hasta 103, según datos de investigaciones realizadas a este respecto.
A nivel nacional no existe evidencia de estudios que midan los decibelios que se generan durante la noche en una Unidad de Cuidados Intensivos. Consideramos que es importante llevar a cabo un estudio que permita la caracterización del ruido en una UCI, para que el profesional de Enfermería incluya en su plan de cuidados la valoración del sueño, identificando aquellas posibles causas de su privación, siendo parte esencial en la integración de la tecnología y todo el equipo de atención. Preservar la humanidad del paciente, abordando los factores de estrés físico, psicológico y social.
En una Unidad de Cuidados Intensivos Polivalente de adultos se sobrepasan los 30 dB de nivel de ruido durante el turno de la noche.
1.Planilla de registro.
Objetivo general
Medir y caracterizar el ruido en una Unidad de Cuidados Intensivos Polivalente durante el turno de la noche.
Se trata de una investigación que no generó riesgos para el personal de salud ni para los pacientes ingresados, ya que no requirió de la participación directa de los diferentes actores. Por lo cual no se requirió de consentimiento de éstos.
La investigación tampoco generó riesgo para la institución ni para la Unidad de Cuidados Intensivos ya que no se manipulan los equipos ni la infraestructura.
Se respetaron los principios éticos de la investigación en salud:
Se coordinó una reunión con el Comité de Bioética Institucional y Jefatura de Enfermería en la que se expuso el proyecto de investigación con el objetivo de obtener los permisos pertinentes para su realización y la exposición de sus resultados.
Marco referencial
Las Unidades de Medicina Intensiva forman parte del sistema de atención progresiva del paciente y como tales integran la cobertura asistencial que brindan las instituciones de asistencia médica (Decreto 399/08 MSP art 2).
La Medicina Intensiva es la especialidad encargada de a la asistencia de los pacientes críticos. Se entiende por paciente crítico a aquel que presenta inestabilidad real o potencial de uno o más sistemas fisiológicos mayores, con posibilidades de recuperación. La asistencia al paciente crítico requiere de un equipo especializado en Medicina Intensiva y de recursos materiales apropiados para cumplir con su cometido. (Decreto 399/08 MSP art 3)
2. Ubicación de sonómetro en las unidades
El sueño en UCI
Según N. Ayllón et al (2007), las causas que condicionan el no poder dormir bien en las UCIS son, por un lado, las atribuidas a la propia estructura de la mayoría de estas unidades, en las que el entorno está alterado por un elevado nivel de ruido permanente y por luces ambientales que dificultan la orientación entre el día y la noche, dando lugar a cambios en el ritmo circadiano. Por el otro, los pacientes refieren tener dificultad para dormir en estas unidades por las interrupciones frecuentes del sueño, debidas a la atención continua que reciben.
Torres (2002) comenta las causas de privación del sueño como un binomio universal (incertidumbre/insomnio) que evoluciona a un triángulo (UCI/estrés/insomnio) cuyos lados se apoyan unos en otros cada vez con más fuerza. Alude tanto a las causas ambientales (alarmas, ventilación mecánica, luces, personal trabajando, diferente tipo de técnicas) como a las más personales (pérdida de control sobre la propia persona y futuro, la desvinculación familiar. Realidades que acentúan y aumentan las penas y miedos que el paciente sufre y padece durante su ingreso).
En cambio, para Alvarado et al (2003) la causa más importante de alteración del sueño en los pacientes críticos son los factores ambientales propios de las Unidades de Cuidados Intensivos: ruido, luminosidad ambiental, necesidad de aplicar cuidados rutinarios con mucha frecuencia.
3.
Plano de unidad de cuidados
intensivos e intermedios
La privación del sueño repercute a nivel metabólico y endocrino, como el incremento del catabolismo y la afectación en las cifras de glucosa. La función inmunológica también puede verse afectada, perjudicando así la lucha contra las infecciones. A nivel hemodinámico, los efectos se aprecian con el aumento en las cifras de tensión arterial y frecuencia cardíaca.
El ambiente propio de la UCI afecta psicológicamente a los pacientes de un modo negativo debido a la adopción de un rol pasivo y dependiente hacia el equipo de salud, las máquinas y equipamientos que los rodean.
El alto grado de especialización y procedimientos invasivos hacen que la UCI sea considerada como área generadora de estrés.
La evidencia sugiere que es altamente probable que una parte importante de los enfermos que tienen una estancia en UCI por más de tres días experimente un cambio en su estado mental y emocional. Al menos un tercio de los sujetos privados de sueño tienen síntomas compatibles con el “Síndrome UCI” o “Psicosis de UCI”.
El sueño en las unidades de cuidados intensivos se caracteriza por ser de peor calidad que el habitual de las personas en su propio domicilio, porque es un sueño:
– Fragmentado.
– Distribuido entre ratos del día y noche.
– Con aumento de la fase 1.
– Con disminución de las fases 2,3 y 4.
– Con disminución del sueño REM.
– Con aumento de los despertares.
– Con interrupciones frecuentes.
Procedimiento y método
Se realizó un estudio descriptivo, cuantitativo y de corte transversal durante el mes de agosto de 2019. El estudio se realizó en la Unidad de Cuidados Intensivos polivalente de adultos de una mutualista privada de Montevideo, Uruguay.
La muestra se compuso por todas las unidades de aislamiento y de no aislamiento con pacientes ingresados durante el período de estudio. Como criterio de exclusión, no se realizó medición de decibelios en aquellas unidades que no contaron con paciente ingresado.
La investigación fue realizada por dos investigadores (una auxiliar de Enfermería y un licenciado en Enfermería). Se coordinaron con Recursos Humanos y Jefatura de Enfermería las guardias asignadas a la realización de la investigación, priorizando la cobertura de la dotación de Enfermería en la unidad.
Se utilizó como instrumento de medición un sonómetro ubicado en la cabecera de la cama, teniendo en cuenta las recomendaciones para medición de decibelios en espacio cerrado, que capturó el nivel de decibelios.
Se determinaron tres registros con un intervalo de una hora de duración durante la guardia: de 01:00 a 02:00 horas; de 03:00 a 04:00 horas; de 05:00 a 06:00 horas.
Simultáneamente, con la medición captada por el sonómetro, se reconocieron los eventos generadores de ruido. Se detectaron factores operacionales (sistemas de monitoreo hemodinámico, asistencia respiratoria mecánica, teléfono, carros de transporte, procedimientos de enfermería, conversaciones) y estructurales (aire acondicionado, puertas, cortina, canilla, chatero), los cuales fueron registrados en una planilla elaborada por los propios investigadores para tal fin.
El procesamiento de los datos se realizó a partir de la cuantificación de los decibelios registrados por el sonómetro durante los intervalos de horas definidos para la investigación. Se compararon los niveles registrados con el estándar recomendado por la OMS, determinando si se cumplía o no con lo establecido.
Se contrastaron los niveles de decibelios detectados con la ocurrencia de los principales eventos que los generaron detallados en la planilla. Se representaron todos los resultados en gráficas y tablas pertinentes.
Resultados y conclusiones
Durante el periodo de estudio se midieron los decibelios en un total de ocho unidades correspondientes a cuatro unidades de aislamiento (67%) y cuatro unidades de no aislamiento (100%). El resto de las unidades no cumplieron con el criterio de inclusión de contar con paciente ingresado durante los días asignados para la medición. Cama 2 y cama 3.
El promedio de decibelios detectados en las unidades de aislamiento fue de 57,2 dB, mientras que en las unidades de no aislamiento (separadas con cortinas) fue de 58 dB; lo cual nos lleva a concluir que el hecho de contar con unidades de aislamiento para el ingreso de los pacientes disminuye el nivel de ruido dentro de la misma, favoreciendo un descanso efectivo.
Además, es importante destacar que la disposición de las unidades de no aislamiento determina una mayor exposición a ruidos debido a la cercanía de éstas con el aérea de trabajo de Enfermería, puertas de acceso al sector, aire acondicionado central y chatero.
Dentro de las unidades de aislamiento se destaca que, aquellas que se encuentran más alejadas de la Enfermería, cama 1 y cama 8, fueron en las cuales se detectaron menor promedio de nivel de decibelios, siendo éstos de 54 dB en cama 1 y de 54 dB en cama 8.
Referente a los sistemas de monitoreo con los que contaban los pacientes ingresados en las unidades estudiadas, es importante destacar que el 100% presentaban monitoreo hemodinámico permanente, ARM y administración de medicación por BIC; todos los equipos con sus alarmas encendidas en nivel medio a alto.
El intervalo con mayor nivel de decibelios detectado correspondió al horario entre la 01:00 a las 02:00 horas con un promedio de 63 dB; el segundo intervalo con mayor nivel de decibelios detectados fue entre las 05:00 y las 06:00 horas con un promedio de 58 dB. El registro se corresponde con la rutina de Enfermería, siendo estos intervalos en los cuales se concentran la mayoría de los procedimientos del turno (controles, acondicionamiento de unidad, baño, administración de medicación, aspiración de secreciones, descarte de fluidos, descarte de contenido de drenajes, etc.).
De lo descripto anteriormente podemos concluir que en el horario de entre las 02:00 y las 05:00 horas, los pacientes lograrían un descanso efectivo, con menor número de interrupciones.
En el análisis de frecuencia de los eventos generadores de ruido en los intervalos observados, el detectado con mayor frecuencia dentro de los estructurales fue el encendido del aire acondicionado ambiental (81 veces), seguido de cierre de puertas de almacenaje y acceso al sector (53 veces), llave de agua (45 veces) y extracción de papel sanita (45 veces).
En lo referente a la frecuencia de eventos generadores de ruido de origen operacional dentro de los intervalos estudiados, el que se detectó con mayor frecuencia fue el producido por la alarma del ventilador (318 veces), seguido de la conversación con el paciente y entre los profesionales (173 veces), hamper/ papelera (78 veces), alarma del monitor (64 veces), movimiento de equipos/mobiliario (46 veces).
Como eventos que sucedieron durante la medición es de destacar:
Tras analizar todos estos elementos, se confirma la hipótesis planteada, ya que en la Unidad de Cuidados Intensivos se superan los 30 dB de nivel de ruido durante el turno de la noche.
Con el objetivo de contribuir con el logro de un descanso adecuado para el paciente que se encuentra ingresado en una Unidad de Cuidados Intensivos, y teniendo en cuenta las recomendaciones de la OMS para el logro de éste, detallamos una serie de recomendaciones y/o propuestas.